Empezaré con un poco de historia personal (que ya es un tanto larga). Creo que hay un poco de herencia en esto, ya que mi abuelo fue maestro de Idioma Francés en el bachillerato del entonces Liceo Carmelita, del que también fue Secretario General; Mi madre fue maestra de educación primaria, con una larga trayectoria en el sistema educativo, ya que cumplió 40 años ejerciendo desde maestra rural, hasta directora de escuela; de lo cual me enorgullezco. Tengo también 2 hermanos maestros que aún ejercen, uno en primaria y otra en secundaria.
Con este panorama, ustedes comprenderán que aún cuando la profesión que elegí no fue la normalista, si de alguna manera este fue mi sustento y mis intereses; ya que la carrera que elegí, es una carrera (la de Licenciado en trabajo social) que también se orienta a la educación, pero en este caso la social y no formal. Si a esto le agrego que desde el principio de mi ejercicio profesional en los 80, mi inserción laboral estuvo inclinada hacia el ámbito educativo: en brigadas de desarrollo rural; en educación especial y en conalep (como Trabajadora social) y desde donde combiné la docencia con este ejercicio profesional.
Hace ya 24 años que laboro en esta institución, en donde he transitado por diversas áreas siempre relacionadas con la administración escolar, la docencia y la Investigación educativa. En conclusión como ustedes ven, si bien no soy docente por formación, si lo soy por inclinación, interés y de corazón. Me gusta trabajar con jóvenes, me gusta trasmitir lo poco que conozco y sobre todo me satisface verlos crecer y transformarse, soy una apasionada de la educación y del derecho que a esta tiene las personas. Tengo por lo tanto más motivos de satisfacción que de insatisfacción en lo personal; si bien no deja de afectarme las condiciones que todos conocemos en que trabajamos los que ejercemos la docencia y en general las condiciones de la educación pública, en particular en este estado de Campeche, en el que como ustedes sabrán tenemos condiciones altas de marginalidad, de acceso a los servicios educativos y sobre todo de limitaciones serias, para ofrecer una educación de calidad.
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Hola Flora.
ResponderEliminarEs cierto que cada vez nos sentimos más adaptados y agusto con nuestra actividad, sobretodo porque se ven avances en los alumnos, mejoras en sus procesos de aprendizaje e inclusive en sus conductas; y aunque las condiciones no sean las mas propicias, buscamos la manera de llevar a cabo con éxito nuestro trabajo; en lo personal me preocupa solamente el que no todos mis estudiantes llegan a feliz termino.
Suerte y que la pases bien.